yage sin fronteras
miércoles, 9 de abril de 2014
Yagé: Una experiencia espiritual
"YAGÉ: UNA EXPERIENCIA ESPIRITUAL Y UN VIAJE AL INTERIOR DE SU PROPIA PERSONALIDAD"
"Más vale vivir un sueño en las alturas que vivir una realidad a oscuras"
Informacion sobre salidas para toma del yagé desierto de la tatacoa
Terminos y condiciones para toma del yagé
Es requisito indispensable previa entrevista personal o
telefónica con las personas interesadas Debe detallar con claridad si la
persona participante sufre de alguna enfermedad o ingiere medicamentos o
tiene alguna adicción.
En todo el proceso de toma de yagé estará supervisado por la persona que
ha vivido la experiencia y trabajado por más de 15 años. Si desea
orientación y guía esta puede darse por contacto directo, por e-mail o
medio escrito.
La experiencia NO incluye: Servicios ni alimentacion no especificados,
gastos de indole personal, gastos no especificados.
domingo, 6 de abril de 2014
Viaje a Ixtlán
En un mundo donde la muerte es el cazador no
hay tiempo para dudas ni lamentos. Sólo hay tiempo para decisiones. No
importa cuáles sean las decisiones. Nada puede ser más serio o menos
serio que lo demás. En un mundo donde la muerte es el cazador no hay
decisiones grandes o pequeñas. Sólo hay decisiones que un guerrero toma a
la vista de su muerte inevitable. (Castaneda, Viaje a Ixtlán, 1994)
La Rueda del Tiempo
Un
hombre va al conocimiento como va a la guerra: bien despierto, con
miedo, con respeto y con absoluta confianza. Ir de cualquier otra forma
al conocimiento o a la guerra es un error, y quien lo cometa puede
correr el riesgo de no sobrevivir para lamentarlo.
Cuando un hombre ha cumplido estos cuatro requisitos estar bien despierto, y tener miedo, respeto y absoluta confianza no hay errores por los que deba rendir cuentas; en tales condiciones, sus acciones pierden la torpeza de las acciones de un necio. Si un hombre así fracasa o sufre una derrota, no habrá perdido más que una batalla, y eso no le provocará lamentaciones lastimosas. (Castaneda, La Rueda del Tiempo, 1999)
Cuando un hombre ha cumplido estos cuatro requisitos estar bien despierto, y tener miedo, respeto y absoluta confianza no hay errores por los que deba rendir cuentas; en tales condiciones, sus acciones pierden la torpeza de las acciones de un necio. Si un hombre así fracasa o sufre una derrota, no habrá perdido más que una batalla, y eso no le provocará lamentaciones lastimosas. (Castaneda, La Rueda del Tiempo, 1999)
Los guerreros deben ser impecables en su
esfuerzo por cambiar, con el fin de asustar a la forma humana y
deshacerse de ella. Al cabo de años de impecabilidad, llegará un momento
en que la forma humana no soportará más y se irá. Es decir, llegará
un momento en que los campos de energía, retorcidos por toda una vida
de hábitos, se enderezarán. Este enderezamiento de los campos de energía
afecta profundamente al guerrero, que puede incluso morir; pero un
guerrero impecable siempre sobrevive. (Castaneda, La Rueda del Tiempo,
1999)
Las posibilidades del hombre son tan vastas y misteriosas que los guerreros, en vez de pensar en ellas, han optado por explorarlas sin esperanza de comprenderlas jamás. (Castaneda, La Rueda del Tiempo, 1999)
El espíritu se le manifiesta al guerrero a cada paso. Pero ésta no es toda la verdad. La verdad completa es que el espíritu se revela a todo el mundo con la misma intensidad y consistencia, aunque sólo los guerreros sintonizan consistentemente con dichas revelaciones. (Castaneda, La Rueda del Tiempo, 1999)
Las posibilidades del hombre son tan vastas y misteriosas que los guerreros, en vez de pensar en ellas, han optado por explorarlas sin esperanza de comprenderlas jamás. (Castaneda, La Rueda del Tiempo, 1999)
El espíritu se le manifiesta al guerrero a cada paso. Pero ésta no es toda la verdad. La verdad completa es que el espíritu se revela a todo el mundo con la misma intensidad y consistencia, aunque sólo los guerreros sintonizan consistentemente con dichas revelaciones. (Castaneda, La Rueda del Tiempo, 1999)
El Arte de Ensoñar
“Don
Juan sostenía que nuestro mundo, que creemos ser único y absoluto, es
sólo un mundo dentro de un grupo de mundos consecutivos, los cuales
están ordenados como las capas de una cebolla. Él aseveraba que aunque
hemos sido condicionados para percibir únicamente nuestro mundo,
efectivamente tenemos la capacidad de entrar en otros, que son tan
reales, únicos, absolutos y absorbentes como lo es el nuestro.
Don Juan me explicó que para poder percibir esos otros reinos, no sólo hay que desear percibirlos, sino también poseer la suficiente energía para entrar en ellos. Su existencia es constante e independiente de nuestra conciencia, pero su inaccesibilidad es totalmente una consecuencia de nuestro condicionamiento energético. En otras palabras, simple y llanamente a raíz de este condicionamiento estamos compelidos a asumir que el mundo de la vida cotidiana es el único mundo posible. (Castaneda, El Arte de Ensoñar, 1994)”
Don Juan me explicó que para poder percibir esos otros reinos, no sólo hay que desear percibirlos, sino también poseer la suficiente energía para entrar en ellos. Su existencia es constante e independiente de nuestra conciencia, pero su inaccesibilidad es totalmente una consecuencia de nuestro condicionamiento energético. En otras palabras, simple y llanamente a raíz de este condicionamiento estamos compelidos a asumir que el mundo de la vida cotidiana es el único mundo posible. (Castaneda, El Arte de Ensoñar, 1994)”
El Don del Águila
Al poder que gobierna el destino de todos los
seres vivientes se le llama el Águila, no porque sea un águila ni porque
tenga nada que ver con las águilas, sino porque aparece ante los ojos
del vidente como un águila inconmensurable, negra como el azabache, erguida como se yerguen las águilas, cuya envergadura alcanza el infinito.
El Águila devora la conciencia de todas las criaturas que, vivas en la Tierra un momento antes, y ahora ya muertas, van flotando como un incesante enjambre de luciérnagas hacia el pico del Águila, al encuentro de su dueño, de la razón de haber tenido vida. El Águila desenreda esas minúsculas llamas, las tiende como un curtidor extiende una piel y después las consume, pues la conciencia es el sustento del Águila.
El Águila, ese poder que gobierna los destinos de toda cosa viviente, refleja igualmente y a la vez todas esas cosas vivas. No hay lugar, por tanto, a que el hombre rece al Águila, le pida favores o espere misericordia. La parte humana del Águila es demasiado insignificante como para conmover a la totalidad. (Castaneda, El Don del Águila, 1994)
El Águila devora la conciencia de todas las criaturas que, vivas en la Tierra un momento antes, y ahora ya muertas, van flotando como un incesante enjambre de luciérnagas hacia el pico del Águila, al encuentro de su dueño, de la razón de haber tenido vida. El Águila desenreda esas minúsculas llamas, las tiende como un curtidor extiende una piel y después las consume, pues la conciencia es el sustento del Águila.
El Águila, ese poder que gobierna los destinos de toda cosa viviente, refleja igualmente y a la vez todas esas cosas vivas. No hay lugar, por tanto, a que el hombre rece al Águila, le pida favores o espere misericordia. La parte humana del Águila es demasiado insignificante como para conmover a la totalidad. (Castaneda, El Don del Águila, 1994)
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